Que esperamos de los otros?

Frecuentemente las personas creen que su felicidad, su equilibrio, su paz interior se manifestará cuando los demás cambien determinada conducta.

 

Pretenden que otras personas modifiquen su forma de ser en relación a ellos, que se comporten diferente a como son en la actualidad porque piensan que así alcanzaran la felicidad y el contento. No se dan cuenta que al hacer ésto, le están otorgando a otros el poder de decidir si ellos mismos disfrutaran o no de paz y felicidad.

 

La paz mental, la tranquilidad, el equilibrio, y todas las emociones son siempre un proceso interior dinámico y privativo de cada individuo.

 

Es cada persona quien decide, elige, crea su propio clima interior y exterior de paz, de equilibrio, precisamente fomentando en su mente pensamientos de tranquilidad y amor.

 

De la misma forma que es cada persona quien crea sus propios estados depresivos, sentimientos de frustración, de venganza, o de ira al plantearse objetivos en conflicto y al pretender que los demás cambien para sentirse bien.

 

Es uno y no los otros quien debe cambiar comenzando por modificar sus propios pensamientos. A partir de ellos, aquéllo que observa comenzará a modificarse.

 

Y si existen heridas muy profundas y dolorosas de aquéllo que te han hecho, lo que has padecido y te ha hecho sufrir, si esas heridas aun se encuentran vivas y ello te impide acceder a tu paz interior, el único bálsamo para ello es el Perdón.

 

Muchas veces es difícil perdonar cuando la herida aun sigue latiendo, y te encuentras recordando una y otra vez la ofensa recibida y mortificándote.

 

Pero, para qué continuar dañándote? para qué seguir rascándote en la herida? Por qué no permitir que la herida cicatrice y seguir adelante?

 

Cuando perdonas, en realidad, estás dándote la oportunidad a vos mismo de hacer: borrón y cuenta nueva y comenzar a vivir aquí y ahora.

 

No olvides que lo único que sana realmente es simplemente el amor.

 

Lic. Laura Fichendler

Crear buena salud...

Este es un tema que sólo suelo tratar en sesiones individuales, pues cada persona es un mundo en si mismo y se relaciona y comunica con su cuerpo de manera única.

 

Sin embargo, me permito generalizar para introducirme al tema ¿Cómo opera la mente en relación a la salud?

 

Como en todo lo demás y aunque cueste creerlo, somos responsables de nuestra buena o mala salud.

 

De hecho, la evolución de cualquier enfermedad puede cambiar a cada minuto, siempre que te abras a la posibilidad de que ésto puede ocurrir y trabajes en ti mismo a favor de mejorarla.

 

¿Qué existe detrás de la enfermedad?

 

Muchas veces es difícil dilucidarlo, pero si te escuchas a ti mismo y prestas atención a lo que te encuentras pensando en estos mismos momentos acerca de los males que te aquejan, podrás comenzar a entenderlos.

 

¿Te sientes impotente frente a ella?

 

La enfermedad, como todo, es producto de tu propia creación y aunque este es un concepto muy duro de digerir, sólo cuando logramos asumirnos como causantes de ella es que podremos comenzar a modificarla.

 

Si no puedes pensar siquiera en la posibilidad de crearte salud, no la podrás manifestar.

 

Es probable que algunos pensamientos dañinos se encuentren tan arraigados a nivel inconsciente en tu mente, que tal vez sea trabajoso liberarse de ellos, y además la mayoría de las veces somos inconscientes de ellos.

 

Ciertas enfermedades se manifiestan como producto de un gran rencor hacia alguien o hacia alguna situación que recreamos en la mente. Esto es como nutrir nuestro sistema de veneno.

 

La persona rencorosa sólo se daña a si misma y la clave para liberarse de estas emociones dañinas es siempre el perdón.

 

Solemos pensar que si odiamos a alguien y no lo perdonamos, estamos castigando a esa persona o tomando venganza, pero ésto no es cierto porque el verdadero afectado es uno mismo.

 

Lo que piensas y sientes por otros es lo que piensas y sientes por ti mismo. Como amas a otros es como te amas.

 

Cuando nos sentimos dolidos, heridos, ofendidos o lastimados y no logramos perdonar continuamos alimentando el rencor, el odio y la bronca, pero el único perjudicado es uno mismo.

 

Cuando logramos perdonar, limpiamos nuestra alma y si nos reconciliamos, lo estaremos haciendo en verdad con nosotros mismos.

 

El otro es espejo y un reflejo de tu interioridad y el perdón es el comienzo de la sanación de cualquier dolor que te aqueje.

 

Lic. laura Fichendler